Soñé
que era ese trueno negro
que cortaba tu piel a besos
y caías como llovizna
al cuarto creciente de mis abrazos.
Tus ojos
esos veleros románticos
que me enseñaban a navegar
por esos dos
ramos de mariposas,
aquellos
los de tus senos.
Esta noche
te borraré a besos,
me hundiré
en cada mar
de tus poros dormidos,
para hacer versos
en ellos.
Con tus silenciosos gemidos
y con el eco de tu lengua,
armaremos un poema
desde la colina blanca
de tu cama
en flamas.
Elvis Cuzco Ordoñez
. Sombríos Literarios .
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