Entonces
el otoño se enamoró
de la primavera de sus ojos,
mientras tanto yo espero
el invierno de sus labios
y acabar
con el hosco reencuentro
de constelaciones,
para unirme
a la fiesta de sus ojos
y volverla a besar
como luna dormida.
Anhelo contemplarla
como doncella de ébano
que florece a cada
menguante caricia.
- Indecible
Y me pierdo como óleo
en su piel de lienzo rosa.
Elvis Cuzco Ordoñez
.Sombríos Literarios.
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